MILAGRO n. m. (lat. miraculum, der. de mirari,
asombrarse,admirar). 1. En lenguaje
religioso, hecho que no se explica por causas naturales y que se atribuye a una
intervención divina. - 2. Cualquier
suceso o cosa extraordinaria y maravillosa.
Los teólogos católicos definen el milagro como
"un hecho producido por una intervención especial de Dios, que escapa al
orden de las causas naturales por Él establecidas, y destinado a un fin
espiritual".
El concilio Vaticano I condenó la opinión de quien
sostuviese "que es absolutamente imposible reconocer con certeza los
milagros y probar convincentemente con su ayuda el origen divino de la religión
de Cristo".
Los teólogos no ignoran que el científico es
determinista por sistema. En presencia de un hecho milagroso sólo le piden que
no niegue a priori su posibilidad, ya que nadie puede haber establecido una
enumeración completa de las posibilidades naturales. El filósofo puede ir un
poco más lejos, pero queda forzosamente un margen de incertidumbre. Sin ésta,
la fe, que entraña un elemento de libre autodeterminación, sería obligada.
Admitir el milagro como una prueba de la divinidad del mensaje evangélico, es
trascender la duda del científico y la conclusión ambigua del filósofo, es
hacer un acto religioso Por esta razón los antiguos escritores cristianos
insisten en que ha de haber un presupuesto de pureza moral para distinguir los
verdaderos milagros de los falsos.
(Gran Enciclopedia Larousse, 1996, tomo 15)
ESTO ES DESPUÉS DE MEDIANOCHE.
El 18 de julio de 1998, en Concordia, Argentina,
Manuel Vilar, un niño de apenas un año y medio, el más pequeño de 3 hijos, cae
a una piscina y se ahoga. Éste se encontraba de visita con su familia
(procedente de Nogoyá, localidad del norte de Argentina) pasando el día en la
quinta del hermano de su madre, Alicia Vilar. El hecho ocurrió mientras se
preparaba la comida y nadie en el lugar se percató del percance hasta pasados
unos minutos, que después se estimaron en casi 20 por parte de los médicos. En
medio de los preparativos del almuerzo, la madre notó que el perro ladraba
fuera de si. Su cuñada fue a echar un vistazo y volvió temblando incapaz de
articular palabra. Entonces la madre de Manuel corrió a la piscina y allí
estaba el niño, flotando boca abajo. Cuenta su madre: "Lo alzamos con
dificultad, estaba inflado y pesadísimo por el agua que había tragado. El
marrón de sus ojos era como un cristal opaco. Mi marido intentó hacerle
respiración boca a boca; lo siguiente fue subir al auto y partir al hospital. Era
como una película que se detiene en una escena y pasa a la siguiente con cortes
entre medio".
Marcharon con urgencia al hospital San Blas,
trayecto que duró 10 minutos más. Uno de los médicos que lo atendió allí
Edgardo Labarba cuenta lo que ocurrió seguidamente:"Una persona muere de
asfixia por inmersión a los 5 minutos. Según el cálculo que hicimos más tarde,
Manuel estuvo sumergido casi 20 minutos y la familia tardó otros 10 en traerlo.
Lo recibimos sin pulso y con midriasis bilateral (pupilas dilatas al máximo).
El electrocardiógrafo no mostraba relieve. Hacía rato que esa criatura había
atravesado el umbral y correspondía dar aviso a la familia." El niño
estaba clínicamente muerto.
Continúa relatando el doctor Labarba: "Pero al
asomarnos a la sala de espera, en vez de la conocida escena de quebranto, la
doctora Alejandra Pedrazoli y yo vimos a una madre que rezaba en voz queda,
sosteniendo una estampa que resultó ser de Sor Maravillas. Otras personas
oraban a su alrededor; sentí que se me erizaba la piel".
La madre de Manuel, Alicia, rezaba y le pedía a la
Madre Maravillas de Jesús (una religiosa española ya fallecida hacía años), que
salvara a su hijo. Aconsejada por una vecina, Alicia empezó a rezar, y le rezó
con desesperación a esa monja que veneraban las carmelitas del Carmelo de la
Preciosísima Sangre, un convento de clausura ubicado a un costado de Nogoyá
(donde residía la familia). Fueron en concreto las carmelitas de Nogoyá quienes
le dieron a la madre del chico unas estampas de la Madre Maravillas, a quien
Alicia encomendó la salvación de su hijo. En palabras de Alicia: "Me
impresionó la intensidad de su mirada(de la monja), también su rostro serio,
parecido al de las mujeres de esta tierra. Sobre todo al de aquellas que
trabajan de sol a sol en el campo. Un mes antes del accidente, ella fue
beatificada y yo presentí que ese acto tendría un significado en mi vida. No
fue casualidad que llevara en el bolso una estampa de la madrecita. En el
hospital veía la silueta de los médicos a través del cristal y decía: "Sor
Maravillas de Jesús, devuélveme a mi hijo".
Tras media hora de reanimación cardiovascular el
niño recuperó la respiración espontánea. Con todo, los médicos estimaban que,
de seguir el niño con vida, quedaría en estado vegetativo, con grandes daños
cerebrales de por vida, a causa del tiempo que transcurrió sin que su cerebro
recibiera oxígeno.
Aquella noche, en la habitación hospital con el niño
intubado, su madre que lo acompañaba oyó ruidos y fue testigo de que Manuel, se
había incorporado, la mascarilla de oxígeno había caído al suelo, y trataba de
quitaba de quitarse el catéter. El niño, según su madre, preguntaba si ya
estaba lista la comida y no era consciente de todo lo que había ocurrido. A
partir de entonces Manuel vivió una vida tranquila, como cualquier otro niño,
sin ninguna consecuencia neurológica por el gravísimo accidente. Para Alicia,
la Madre Maravillas de Jesús había escuchado sus ruegos, y el milagro por el
que tanto había rezado se había cumplido, había salvado a su hijo.
En 2008, Manuel ya tenía 12 años, y era un niño
aparentemente normal. Cada cierto tiempo el doctor Labarba asistía a las
competiciones de natación en las que participaba Manuel. Le parece
extraordinario que Manuel no le tema al agua, y en general, que no le haya
quedado ningún trauma del episodio.
El doctor Labarba, a quien Manuel consideraba un
amigo entonces, expresaba lo siguiente en cuanto a su veredicto sobre el caso:
"La ciencia no admite la mediación de santos en un proceso de
recuperación. Pero la ciencia tampoco acepta dogmas de ninguna clase. Digamos
que esa madre contagió con su fe al equipo que atendía a un niño que se daba
por muerto".
El 5 de julio de 1976, en España, Alfonsa García
Blázquez, de 22 años, empezó a tener una fiebre muy alta y esta no descendía
tras haberla tratado con antibióticos. Ingresó en el hospital de la Santísima
Trinidad de Salamanca diez días después.
El doctor Sánchez Rodríguez le diagnosticó
"agranulocitosis con shock séptico y afección hepático renal". Los
enfermos con estas características no suelen salvarse. Sor Mónica, una
religiosa que se encontraba en el hospital sugirió rezar a la Madre Maravillas
y la joven comenzó a ello.
Alfonsa García estaba cada vez peor, las oraciones
eran constantes. Se le diagnosticó poco tiempo después insuficiencia renal, de
pulmón, del aparato digestivo y alteraciones en la coagulación además de otros
muchos más síntomas. El 4 de septiembre la llevaron a quirófano urgentemente y
tres días después, se produjo una crisis que la llevó a un estado
"semicomatoso". Aconteciendo todo esto, continuaban los rezos a la
Madre Maravillas, y casi sin aliento, Alfonsa comenzó a preguntar:"Madre
Maravillas, no me vas a curar?".
Los médicos la desahuciaron, no creían que pudiese
sobrevivir una noche más. Uno de ellos, que se iba para casa, se despidió
asegurando que no volvería a verla viva. Y con más insistencia la familia pedía
la familia su salvación a la religiosa. Una carmelita dejó una estampa de Sor
Maravillas junto a la cama.
En palabras de la misma Alfonsa García:
"Llevaba muchísimo con 40 y 41 de fiebre. Ya me habían practicado
ventitantas transfusiones. Aquello se acababa. Me decía (a sí misma): "Me
muero, de ésta no salgo".
El 11 de septiembre Alfonsa se curó por completo.
Sobre las 9:30 de la mañana, la joven se despertó sintiéndose bien y todos los
síntomas habían desaparecido. Se le realizaron análisis de sangre y su
diagnóstico no daba lugar a dudas, Alfonsa estaba curada. "Sólo puedo
decir que ya tiraba la toalla, y luego las cosas empezaron a ir muy bien",
cuenta la propia Alfonsa, "Hubo algo, pero, ¿quién soy yo para
decirlo?".
Aquella recuperación que parecía milagrosa, asombró
a todo el mundo, incluso a los médicos. Uno de ellos, que la atendió,
comentó:"Aunque yo no soy muy propenso a creer en estas cosas, para mí
esto es un milagro".
Cuenta Alfonsa que aquella experiencia la cambió y
que siempre le ha estado agradecida a Sor Maravillas :"No sólo me acuerdo
de cada 11 de diciembre, festividad de Santa Maravillas (y día de su
fallecimiento en 1974). Es un continuo dar gracias. Siempre me pregunto por qué
me ocurrió a mí. Yo era muy joven, 22 años, y sobreviví, mientras que hay
padres que fallecen y dejan atrás a sus hijos pequeños. Cada 11 de diciembre
celebro que estoy viva, aunque no sé por qué. Supongo que es una oportunidad
para ser mejor persona".
El 10 de mayo de 1998, el Papa, Juan Pablo II
beatificó en Roma a la Madre Maravillas de Jesús a partir de la consideración
milagrosa que tuvo la recuperación de Alfonsa García Blázquez en 1976.
Una comisión científica declaró en el año 2001 como
inexplicable la curación de Manuel Vilar en 1998. La Iglesia mando realizar una
investigación y los testimonios recogidos durante esta fueron enviados a España
y después a Roma, donde los analizaron sucesivas comisiones científicas y
teológicas. Finalmente uan comisión de 5 médicos evaluó las pruebas, y el
veredicto quedó firmado el el 10 de mayo de 2001: "No se encuentra
explicación científica para la salvación del pequeño Manuel. Lo sucedido
quiebra las leyes de la naturaleza. La Madre Maravillas de Jesús tuvo en brazos
al niño Manuel Vilar, lo que corrobora que realmente fué un milagro",
señaló el texto elaborado por la Comisión Vaticana para la Causa de los Santos.
Manuel Vilar y su madre, Alicia, junto a una hermana de la Madre Maravillas de Jesús, en su viaje a España en 2003 durante la Canonización de la religiosa.
Juan Pablo II, canonizó (reconociendo su estado de
santidad) a la Madre Maravillas en el año 2003 en su último viaje a España, en
la Plaza de Colón de Madrid. "Puso a Dios en el centro de su vida y por
encima de cualquier otra cosa", sentenció el Papa. Manuel Vilar, junto con
su madre Alicia, acudió a España para asistir a la canonización de la
religiosa.
¿CÓMO FUE LA VIDA DE LA MADRE MARAVILLAS DE JESÚS?.
La Madre Maravillas nació en el seno de una
distinguida familia en Madrid (España), el 4 de noviembre de 1891, siendo la
menor de 4 hermanos. Sus padres fueron Luis Pidal y su madre doña Cristina
Chico de Guzmán, Marqueses de Pidal. Fue bautizada ocho días después en la
parroquia de San Sebastián con el nombre de María Maravillas Pidal y Chico de
Guzmán.
Su familia ocupó destacados papeles en la vida
política nacional. Su abuelo Pedro José Pidal, su padre Luis Pidal y su tío,
Alejandro Pidal, desempeñaron importantes cargos políticos y los tres asimismo
fueron, embajadores ante la Santa Sede. Su padre fué primero Ministro de
Fomento.
Pasó su niñez y su juventud en casa. Fue educada en
sus primeros años especialmente por su abuela materna, Patricia Muñoz. Nunca
fue al colegio y recibió una educación privada. Mientras estudiaba en casa,
durante su adolescencia y juventud se dedicó a obras de caridad, ayudando a
muchas familias necesitadas en sus contínuas salidas a los barrios pobres de
Madrid. Parece que tuvo una juventud de caridad, piedad y dedicación a su
padre, al que cuidó hasta su muerte.
Leía frecuentemente las obras de Santa Teresa de Jesús
y de San Juan de la Cruz y, cautivada por sus vidas y experiencias
espirituales, decidió entrar en las Carmelitas Descalzas de El Escorial
(Madrid) donde ingresó el 12 de octubre de 1919 recibiendo el nombre de
"Maravillas de Jesús". Tenía mucha devoción al Sagrado Corazón de
Jesús. Tomó el hábito en 1920 e hizo su primera profesión en 1921. Allí hizo
expresión de una enorme capacidad de trabajo disciplina, tenacidad y una enorme
fuerza interior. Allí mismo, detrás de la celosía que da al sagrario de la Iglesia Conventual, recibió en 1923 la
inspiración de fundar un Carmelo en el centro Geográfico de España, El Cerro de
los Ángeles, donde se había erigido el monumento al Sagrado Corazón de Jesús en
1919 y se había consagrado a Él la Nación.
El Obispo de Madrid- Alcalá, Mons. Eijo y Garay
acogió la idea y en 1924 la Hermana Maravillas y otras tres monjas carmelitas
de El Escorial se instalaron provisionalmente en una csa de Getafe para atender
desde allí la edificación del Convento. En esa casa hizo su profesión solemne
el 30 de mayo de ese mismo año. En 1926 fué nombrada, por el obispo Eijo,
priora de la Comunidad y el 31 de Octubre se inauguraba el nuevo Carmelo de El
Cerro de los Ángeles.
Acudiendo entonces muchas vocaciones, la Madre
Maravillas vio en ello una señal de Dios para fundar nuevas "casas de la
Virgen". En 1933, a petición del obispo, misionero carmelita, Mons. Arana,
fundó otro Carmelo en Kottayam (India) enviando a 8 monjas. A ella no le
permitieron ir sus superiores.
Durante la 2ª República Española y sus problemas y
tensiones con la Iglesia Católica la Madre Maravillas solicitó y obtuvo permiso
del Papa Pío XI para salir con su comunidad, exponiendo sus vidas, si llegara
el momento de defender la Sagrada Imagen, en caso de ser profanada.
En julio de 1936, milicianos republicanos tomaron el
Cerro de los Ángeles, fusilaron a la efigie del Sagrado Corazón y volaron con
dinamita el monumento. Las Carmelitas fueron expulsadas de su convento y
llevadas detenidas a las Ursulinas de Getafe. Tras ser retenidas en Getafe,
donde las hermanas pensaron que serían ajusticiadas, Dolores Ibárruri, "la
Pasionaria", supuestamente, hizo que fuesen llevadas a Madrid, a un piso
de la Calle Claudio Coello, donde pasaron 14 meses. La actuación de Ibárruri la
sostiene el historiador Juan Manuel Riesgo Pérez-Dueño, profesor asociado de la
Universidad Complutense, en una carta publicada en el diario El País el 21 de noviembre de 2008. Este historiador
señalaba que la Pasionaria era una admiradora del trabajo y la entrega a los
humildes de las mojas, con las que estudió, y que por eso las salvó.
En 1937 la madre pudo salir con su comunidad de
Madrid y, pasando por Lourdes, entró en España para instalarse en Las Batuecas
(Salamanca). Allí, a petición del Obispo de Coria Cáceres. En 1938 hizo voto de
hacer siempre lo más perfecto. En marzo de 1939 pudo volver a recuperar,
totalmente destruido por la guerra, el
Carmelo de El Cerro de los Ángeles, donde fue nuevamente elegida priora.
En ese tiempo, se dice de ella que dio testimonio de
fe, heroísmo y fortaleza, prudencia y serenidad, además de una extraordinaria
confianza en Dios.
Desde entonces, realizó las fundaciones de muchos
otros Carmelos: Mancera de Abajo (Salamanca, 1944); Duruelo (Ávila, 1947); en
1950 traslada la Comunidad de las Batuecas, a Cabrera (Salamanca); Arenas de
San Pedro (Ávila, 1954); San Calixto (Córdoba, 1956); Aravaca (Madrid, 1958);
La Aldehuela (Madrid, 1961), en el que es elegida priora y en el residió hasta
su muerte; en Montemar-Torremolinos (Málaga, 1964).
Además, con hermanas de algunos de los Carmelos
fundados por ella, ayudó en 1954 a la fundación del Carmelo de Cuenca, Ecuador,
en 1964 al de El Escorial, y en 1966 al de La Encarnación de Ávila, donde había
entrado y vivido Santa Teresa de Jesús durante 30 años. En 1960, en Talavera de
la Reina (Toledo), edifica un convento, también con Iglesia de nueva planta,
para los padres carmelitas descalzos.
En La Aldehuela vivió sus últimos 14 años y continuó
atendiendo las necesidades de los demás Carmelos anteriormente citados. Desde
la clausura, realizó diversas labores sociales como la construcción de una
barriada 200 viviendas en La Aldehuela, un colegio para niños desfavorecidos y una Iglesia. Sostuvo
económicamente a distintos seminaristas para que pudieran llegar a ser sacerdotes,
realizó una fundación benéfica para sostener a religiosas enfermas, compró una
casa en Madrid para alojar a las carmelitas que tuvieran necesidad de
permanecer algún tiempo en tratamientos médicos y costeó al Instituto Claune la
edificación de una clínica para religiosas de clausura. Se dice de ella que su
gran caridad hizo que siempre se
interesara por los problemas de los demás y se esforzaba por solucionarlos,
que empezaba los proyectos sin fondos pero con gran confianza en Dios y que
finalmente lograba llevarlos a cabo.
Siguiendo las directrices del Concilio Vaticano II,
que aconseja la unión o asociación de monasterios de vida contemplativa, en
1972 obtuvo la a probación de la Santa Sede de la Asociación de Santa
Teresa", integrada por los carmelos fundados por ella-y por otros que
entonces se adhirieron- y, en 1973, fue elegida presidenta.
En su vida, además del Padre Alfonso Torres, S.J.
fueron sus directores espirituales el Padre Florencio del Niño Jesús, O.C.D., y
el Padre Valentín de San José, O.C.D. Parece que La Madre Maravillas vivió una
maravillosa experiencia de su unión con Dios, con una rica vida interior, como
se refleja en las cartas íntimas a sus directores espirituales, datos que se
han conocido después de su muerte.
En 1962 tuvo un trastorno circulatorio del que se
repuso. En 1972 sufrió un paro cardíaco del que se recuperó, pero su salud
parece que quedó ya muy afectada. Falleció el 11 de diciembre de 1974, a los 83
años en el Carmelo de La Aldehuela. Dicen que La Madre Maravillas murió
exclamando: "¡Qué felicidad morir carmelita!" y "¿Que me voy al
Cielo?, ¡Qué alegría!, ¿Cómo no me lo han dicho antes?". Expiró a las
16:20 de la tarde. Ya fallecida parece que ocurrió un fenómeno extraño de
"osmogénesis" u "olor paranormal o de causa desconocida"
(como define la Parapsicología, o más bien denominada Parapsicobiofísica por
Germán de Argumosa, disciplina que estudia los fenómenos paranormales). Según
el Padre Carmelita Simeón de la Sagrada Familia: "El cadáver estaba flexible
(otro hecho extraño) y, al medidodía, las dos hermanas enfermeras, que se
encontraban rezando junto a sus restos mortales, percibieron un intensísimo
olor a nardos (olor usual en fenómenos sobrenaturales asociados a Santos o la Virgen
María). Se retrasó un día el entierro, y se llamó a un forense que confirmó el
inexplicable olor. Sus restos descansan en el Carmelo de La Aldehuela, a las afueras de Getafe, en Madrid.
Sobre su persona se cuenta que ella decía que se
sentía feliz de ser carmelita descalza, "hija de nuestra santa madre
Teresa" y consideraba un tesoro de la vida los textos de Santa Teresa de
Jesús y San Juan de la Cruz. Cuentan que destacó por su fidelidad al ideal
Teresiano.
Ejerció como Priora de la Comunidad, durante 48 años,
y se dice de ella también que mostró a su hermanas caridad y firmeza, ánimo y
consuelo, pidiendo siempre el parecer de los demás. Asimismo, que irradiaba paz
y dulzura en sus palabras y gestos, que quienes la trataron salieron siempre
agraciados con su testimonio de amor a Dios y de disponibilidad a la Iglesia
como fiel hija suya.
Algunas frases de La Madre Maravillas de Jesús son
las siguientes:
"Yo no quiero la vida más que para imitar lo
más posible la de Cristo".
"Viva Cristo en mí y yo en Él. ¡Qué felices
somos! Nadie nos puede quitar esta felicidad, que nunca disminuye si el alma es
fiel; cada día que pasa es más grande, y en el cielo será infinita".
"El señor es el único que puede tocar los
corazones, y la oración nunca deja de ser escuchada".
"Lo que Él quiera! Si él no lo quiere, ¿para qué
vamos a quererlo nosotras?"
Entierro de La Madre Maravillas en la Aldehuela. 13 de diciembre de 1974.
Y después de haber expuesto este amplio desarrollo
de datos, en esta segunda entrada dedicada a los "mistéricos" fenómenos
que acabamos de relatar, pasaré al apartado de reflexiones en torno a los
fenómenos planteados:
¿Verdaderamente hubo milagro en los dos casos
planteados?
Ambos eran casos en que la muerte parecía inevitable
(causa natural) y en ambos casos hubo una recuperación inexplicable, en la que,
se pidió la ayuda al mismo personaje asociado a la creencia de que pudiera salvarles
milagrosamente.
En el caso del niño Manuel no hubo daños cerebrales
irreversibles como sucede en estos casos. El daño posterior a vivir semejante accidente,
según las circunstancias tenidas en cuenta, no aconteció en el sujeto después
en su vida en modo alguno, cuando ello inevitablemente-y materialmente- tendría
que haber ocurrido. También es igualmente relevante que una persona
diagnosticada médicamente como clínicamente muerta por falta de pulso, con
electrocardiograma plano y sin respiración, tras haber sobrepasado con creces
los límites de lo aceptable para una reanimación satisfactoria de su constantes
vitales, vuelva a la vida.
En el caso de Alfonsa García, la muerte también
parecía inevitable, ya había sido desahuciada por los médicos y todo indicio
racional dentro de los conocimientos médicos hacía prever la muerte como
desenlace. Y una mañana la paciente amanece sin dolencia alguna.
Entonces, ¿hubo en estos casos milagro? En un principio,
desde mi opinión personal, con una perspectiva libre de fe, de la religión, observo
hubo dos sujetos en que sus condiciones inevitables naturales de muerte (o
grave daño-posteriores secuelas) desaparecieron sin explicación conocida,
entendiendo sin "explicación conocida" dentro de lo que conocemos por
nuestro conocimiento científico del mundo material ahora mismo. Y que al mismo
tiempo en estos casos, se rogó a un personaje religioso fallecido que los
sanase, al que se le concedían en creencia poderes más allá de los naturales,
por asociación con Dios. Según este planteamiento, la descripción de las
situaciones se corresponde con la definición de milagro propuesta al comienzo de
este artículo, más también hay correspondencia en su finalidad espiritual, como
desarrollaremos más tarde.
Y desde una visión religiosa católica, o de creencia
en lo trascendental, por correspondencia de los datos y la teoría del milagro,
según lo expuesto antes, diría que sí, que hublo milagro.
Por otro lado expongo que en estos casos la
explicación desconocida aún-para la ciencia-, supone prueba suficiente para la
Iglesia para certificar rigurosamente el milagro. Cabe dejar claro aquí, que
para la ciencia cualquier fenómeno está siempre en visos de ser explicado, o re-explicado,
considero que la ciencia jamás es inmóvil y siempre se pregunta, o se debería
de preguntar por todos, y digo todos, los fenómenos o hechos que acontecen en
el universo. Considero además que la ciencia, nunca apoyaría la existencia de
milagros según la teoría del milagro, según su método, y según su cúmulo de conocimiento.
Otra cosa es que la Iglesia se sirva de ese cúmulo de conocimiento para
certificar hasta cierto límite de rigurosidad, lo que ellos consideran como hecho
milagroso según su pensamiento.
Ahora, dejaré mis reflexiones y opiniones más
personales en torno al caso que tratamos hoy aquí...
Comienzo con la siguiente pregunta: Si todos en
casos de muerte, gravísimo percance... rezamos a un Santo, divinidad, etc...¿vamos
a salvarnos, obtener la salvación milagrosa?. No lo creo. No creo que Dios premie
más a quien le reza en casos extremos donde inevitablemente la muerte en el
mundo material es del todo segura.
Considero que, si Dios es todopoderoso y por medio
de intermediación de un Santo/a, figura religiosa destacada u otra figura o ser,
salva a alguien en estos casos, me da la impresión de que todo aquello ya
estaba preparado, como una señal especial para que todos y todas nos fijemos.
Por el momento, tengo la impresión en mi
pensamiento, sobre este tema de los milagros que estos, desde el campo de la fe
(observados desde las gafas de la fe), son hechos significativos para que las
personas que los conozcan o vivan tengan indicios de que existe un poder
superior a todo lo que hay conocido, y habrá por conocer, es decir,
existe un Dios todopoderoso que puede cambiar la realidad, y de que la vida,
valores y hechos de ciertos personajes que se le asocian, es algo a tener en
cuenta, el camino a seguir, porque cuando se les pide su intercesión (se cree
en ellos, rezando con fervor, etc...), puede llegar a ocurrir lo milagroso.
Todo esto me recuerda a cuando Jesús curaba
milagrosamente y él decía que esto ocurría porque las personas habían creído en
él, habían tenido fe en él y en su mensaje. Parece que en estos dos casos de
curación milagrosa y el Evangelio estamos ante una lógica semejante. Además,
esta finalidad que le estoy dando al hecho milagroso, por el momento lo más que
se me asocia, es con la finalidad espiritual de la que trata la teoría sobre
los milagros.
Por otro lado, si consideramos todo esto desde el
campo de la ciencia rigurosa (observamos desde las gafas de la ciencia), estos
sucesos que acabamos de relatar serán casos no explicados aún sobre cómo estas
personas pudieron superar trances que se estimaban del todo probables en
resultado mortal o fatal, según lo conocido por la ciencia hasta ahora.
Espero que os haya interesado este artículo y os
invito a pensar sobre ello si tenéis tiempo y os ha llamado la atención. Mi
ideas son sólo las mías, y no pretendo en ningún caso proponerlas como las
mejores, en este artículo, o en cualquiera sobre los aquí planteados. En mi
caso prefiero un mundo de total librepensamiento y búsqueda personal a uno de
dogmas, coerciones e inmovilismo, de aquí que también en parte me haya animado
a abrir este blog.
Si lo deseáis podéis escribir en el apartado de
comentarios a este artículo o mandarme un email a despuesdemedianocheblog@gmail.com para lo que estiméis. Eso sí,
recordad, con educación y respeto, los comentarios que no cumplan con estas
características serán eliminados y no tenidos en cuenta.
Hasta la próxima amigos y amigas.
Javier.
Carmelo de La Aldehuela, Getafe (Madrid)
Artículos y documentación consultada y utilizada para la realización de este artículo:
http://www.lne.es/asturias/2008/12/26/primer-milagro-sor-maravillas/710448.html
http://luisival.blogspot.com.es/2009/12/santa-maravillas-de-jesus-biografia-la.html
https://www.youtube.com/watch?v=hWeZAVw21vY&noredirect=1
http://emausmadremaravillas.galeon.com/maravi.htm
http://www.corazones.org/liturgia/santos/maravillas_de_jesus.htm
http://webcatolicodejavier.org/maravillas.html
http://webcatolicodejavier.org/marabio.html
http://www.santisimavirgen.com.ar/pensamientos_maravillas.htm
http://www.elmundo.es/suplementos/cronica/2008/684/1227394801.html
https://es.zenit.org/articles/milagro-por-intercesion-de-la-madre-maravillas/